Mitad hombre, mitad máquina. Todo policía.
Así se anunciaba esta magnífica película de Paul Verhoeven, la primera película americana de un director muy conocido en el terreno de la ciencia ficción (Desafío Total, Starship Troopers...)
En clave de comic, a veces ultraviolento, Robocop plantea la fusión física entre la máquina y el ser humano, el cyborg, cada vez más lejos de la fantasía y más cercano a la realidad por los avances tecnológicos, que incluso el cine ya es en 3D. Alex Murphy, es un policía asesinado que vuelve a la "vida" gracias al proyecto Robocop. Entonces tendrá la posibilidad de detener a sus asesinos y desmontar una trama de corrupción en el departamento de policía de Detroit, su ciudad.
A igual que Desafío Total y Terminator, Robocop forma parte de los clásicos del cine de los ochenta. Recrea un universo muy particular, un universo Verhoeven, duro como Los Señores del Acero, de futuro cercano ligeramente distópico. Quizás de lo mejor de la película son las pildorillas de fragmentos televisivos plagados de humor negro bestia, como el anuncio del juego de mesa familiar de holocausto nuclear Nuke, o el sistema antirrobo para coches letal...
El poster que además es el cartel original de Robocop muestra a Murphy, Robocop en su trabajo, bajando de su coche de la policía de Detroit con cara tiesa y de pocos amigos, quizás para detener a algún delincuente. En realidad Murphy es simpático y un policía ejemplar. Es un poster con efecto 3D.
Se comenta que quizás pronto tengamos una nueva versión de Robocop, quizás llamada Robocop Reboot, aunque el proyecto lleva danzando desde 2005, sin que haya salido aún nada claro.
Como hecho curioso, cabe mencionar que en la ciudad de Detroit (Michigan) se está haciendo una colecta para la construcción de una estatua de Robocop, policía cyborg implacable enemigo del crimen en esta ciudad.
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